Estas oficinas fueron un encargo de la transnacional Contour Global, empresa dedicada a los proyectos de gran escala relacionados con energía. Ubicadas en el edificio Equus, gozan de espectaculares vistas al campo de golf del Club Campestre de Monterrey, así como a la Sierra Madre y otras áreas de la ciudad. Gracias a sus espacios abiertos y sus divisiones principalmente a base de cristal, éstas vistas pueden apreciarse prácticamente desde cada rincón de las oficinas.
Este proyecto cuenta con una recepción con área de espera, que por su distribución tiene acceso al área abierta de trabajo, así como al privado principal mediante un pasillo de grandes dimensiones con recubrimientos de piedra. Dicho privado también está conectado con el resto de la oficina, creando una unidad en todo el espacio. También cuenta con una amplia sala de juntas para 14 personas, una serie de privados y una cocina. Estas oficinas tienen la cualidad de ser flexibles y de usos múltiples. En cuanto al mobiliario, y debido a que fue concebida en tiempos de pandemia, el área abierta cuenta con módulos individuales Herman Miller, en lugar del sistema bench tradicional. Estos espacios individuales de trabajo tienen una forma circular, misma que ofrece privacidad visual con materiales suaves y acústicos que crean un espacio sereno y de concentración, aún y cuando se comparta con otros usuarios.
Para sus acabados interiores del proyecto, se utilizó una variedad de materiales, principalmente alfombra modular, mármol travertino silver y madera de encino lineal en tonalidades grises. Finalmente, se tuvo un especial cuidado con el diseño de la iluminación, asegurando que cumpliera con los lúmenes apropiados y todos los estándares internacionales para un trabajo cómodo y eficiente.